Vivimos en una sociedad que nos exige rapidez, éxito y productividad. Desde el trabajo o los estudios hasta las redes sociales y las relaciones, nuestra mente salta de una preocupación a otra sin descanso.
Esa sensación de no poder desconectar, de estar atrapados/as en pensamientos sobre el futuro o el pasado, tiene un nombre en la tradición budista: la mente de mono. En psicología, podemos entenderlo como una mente sobrecargada, ansiosa y dispersa. Pero, ¿cómo podemos calmarla sin perder nuestra motivación ni nuestro bienestar?

¿Qué es la mente de mono y por qué nos afecta?
El término «mente de mono» describe una mente inquieta, difícil de controlar, que cambia de pensamiento sin cesar. Aunque todxs experimentamos esto en algún momento, en la sociedad actual se ha convertido en un problema común debido a:
- El exceso de información: Redes sociales, noticias, mensajes… nuestra mente está constantemente bombardeada.
- La autoexigencia extrema: Queremos ser personas productivas, exitosas, atractivas y aceptadas socialmente, lo que nos lleva a compararnos sin parar.
- El miedo al futuro: Inquietud por la incertidumbre, el trabajo, la estabilidad económica o las relaciones.
- La dificultad para estar en el presente: Siempre pensando en lo siguiente que hay que hacer en lugar de disfrutar el momento.
Todo esto puede derivar en ansiedad, estrés, insomnio y una sensación de agotamiento mental.
Tips para calmar la mente de mono
No podemos apagar la mente de mono, pero sí aprender a gestionarla mejor. Aquí tienes algunas estrategias que pueden ayudarte:
1. Aprende a observar tus pensamientos
En lugar de identificarte con todo lo que piensas, intenta ver tu mente como si fueras un espectador. Pregúntate: ¿Esto es realmente cierto? ¿Este pensamiento me ayuda o solo me genera estrés?
2. Usa la respiración como ancla
La mente de mono se calma cuando le damos un punto de enfoque. Una forma sencilla es volver a la respiración. Inhala y exhala de forma consciente varias veces cuando notes que tus pensamientos están fuera de control.
3. Reduce la sobrecarga de información
Estar todo el día en redes sociales y consumiendo noticias solo alimenta el caos mental. Intenta poner límites al tiempo de pantalla y crea momentos de desconexión.
4. Cuida tu cuerpo
Dormir bien, alimentarte adecuadamente y hacer ejercicio tiene un impacto directo en tu salud mental. Un cuerpo agotado es el mejor aliado de una mente de mono descontrolada.
5. Practica la gratitud y el enfoque en el presente
Haz una lista mental o escrita de tres cosas buenas del día. Esto ayuda a entrenar la mente para enfocarse en lo positivo en lugar de quedarse atrapada en lo negativo.
¿Cómo puede ayudarte la terapia a manejar la mente de mono?
Si sientes que tu mente nunca se detiene y que esto está afectando tu bienestar, la psicoterapia puede ser un gran apoyo. La terapia no se trata de «silenciar» la mente, sino de aprender a relacionarte de otra manera con tus pensamientos.
Desde un enfoque basado en terapia de aceptación y compromiso (ACT) y mindfulness, podemos trabajar en:
- Darle dirección a tu mente para que no divague sin control.
- Aprender a dejar de luchar con los pensamientos y, en cambio, observarlos con distancia.
- Identificar y reducir patrones de autoexigencia y comparación que alimentan la ansiedad.
- Entrenar la atención plena para vivir con más calma y menos estrés.
En las sesiones de psicología te acompaño en este proceso para que puedas recuperar la calma y mejorar tu bienestar mental.
Si sientes que tu mente de mono está tomando el control y quieres aprender a manejarla, estaré encantada de ayudarte. Agenda tu primera sesión y empieza a transformar tu relación con tus pensamientos.
Referencias bibliográfica
- Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (2016). Terapia de aceptación y compromiso: Proceso y práctica del cambio consciente. Editorial Desclée De Brouwer.
- Simón, V. (2011). Iniciación al mindfulness: Atención plena. Editorial Síntesis.
- Krystal, P. (2013). Cómo controlar nuestra mente de mono. Editorial Longseller.
- Simón, V. (2012). Mente de mono, mente narrativa, mente errante, mente caviladora. Papeles del Psicólogo, 33(3), 183-191. Link
- Pérez Álvarez, M. (2012). La terapia de aceptación y compromiso (ACT): una terapia conductual de tercera generación. Psicothema, 24(1), 117-123.